Esta historia comenzó una hermosa mañana del mes de febrero de 1778.
En un pueblito tranquilo de Corrientes llamado Yapeyú había nacido un bebé en la casa del Gobernador don Juan de San Martín, lo llamaron José.
Ni los papás ni sus cuatro hermanos se hubieran imaginado que ese bebé tan indefenso y chiquitito sería el héroe más grande que nos diera la historia.
Cuando José de San Martín tenía seis años, la familia se trasladó a España. Allí estudió la carrera militar: aprendió a luchar y amar la libertad
Cuando se enteró que en su patria se estaba gestando la independencia, , decidió que era tiempo de volver. Su experiencia como soldado le sirvió para crear el Regimiento de “Granaderos a caballo”.
Lo nombraron Gobernador de Mendoza ,
Durante su mandato ,no sólo organizó el ejército que cruzaría las altas montañas, también impulsó la ganadería, el riego artificial y la educación. Según José de San Martín los libros eran más poderosos que las armas para defender la Independencia sólo la educación era la “llave maestra” que abría la puerta de la felicidad de la gente.
San Martín ya se había casado y su esposa lo ayudó mucho. Junto a las damas de Mendoza, colaboraron en todo lo que hiciera falta: donaron sus joyas, con las que compraron mulas y bordaron la bandera que acompañaría a los soldados,
Ya estaba todo preparado: 5400 hombres, entre ellos criollos, chilenos, negros esclavos .
Gran parte del trayecto se realizaría por las altas cumbres, esto provoca dolores de cabeza, mareos y pesadez, y hasta puede provocar hemorragias, para combatirlo llevaban ajo y cebolla, llevaron ponchos y ropa hecha de lana en telar .
Los zapatos se habían fabricado especialmente anchos , altos y rellenos con trapos, para combatir el intenso frío de la noche. Llevaron 600 vacas para faenar, harina de maíz, charqui molido con grasa y galletas. Se calculó un litro de vino diario por soldado.
Para tener las armas necesarias Fray Luis Beltrán hizo fundir las campanas de las iglesias los utensilios de bronce de los hogares,
Galopaban lentamente....el frío atacaba...el viento rugía...el hambre se sentía...pero la decisión de ese grupo de valientes hizo que lograran la más importante hazaña cruzar la Cordillera y Liberar a Argentina, Chile y Perú.
San Martín debió luchar contra el enemigo, contra sus propias dolencias, contra traiciones y dificultades.
Hoy en casi toda América se lo recuerda como un Prócer pero entonces él era sólo un hombre, con un gran sueño y voluntad para hacerlo realidad.
Tomemos su ejemplo y sepamos que todos podemos soñar grandes cosas para nosotros y para nuestro prójimo, y con confianza, decisión y trabando juntos podremos lograrlo.